El Atlético de Madrid fue un justo Campeón de la Supercopa. Los hombres de Simeone ganaron a un Madrid galáctico que debía llevarse todos los títulos de calle y, de momento, la Supercopa de España se ha ido hacia su rival ciudadano con autoridad.
Las claves del Atlético empiezan en el banquillo y pasan porque jugadores de equipo tengan el mayor peso en el conjunto. La intensidad con la que juegan es extraordinaria, como el sistema que aplica el Cholo, pero hay un detalle que honra a ese bloque: no rifa el balón.
Este Atlético ha empezado con el mismo ritmo competitivo con el que acabó la pasada temporada, a pesar de que se han ido futbolistas clave. Pero también se han quedado tipos básicos para el Cholo, como Godín, Gabi o Koke y se han incorporado buenos talentos como el meta Moyà o el delantero Mandzukic, que ayer, a lo Diego Costa, logró el gol de la victoria para un equipo que vengó la derrota en Champions de forma justa.
¡Felicidades! colchoneros!!!!!
Ha durado poco la brasa que han dado con el sextete de las narices desde antes incluso de que comenzase la temporada. Vaya taladro. El Atlético ha acabado con la pesadilla. El Barça sigue siendo el único equipo que ha ganado seis títulos de una sola tacada. No en una temporada, pero sí en un año natural.
Tampoco tienen el triplete. El Madrid recuperó ayer la costumbre de perder finales. Esta vez se quedaron sobre el césped a ver la entrega del trofeo. En TVE les faltó tiempo para hablar de deportividad, caballerosidad, saber perder y toda esa palabrería, que es farsa cuando se aplica a ese equipo. Nunca, en ninguna de las Supercopas perdidas contra el Barça, se quedaron en el césped. Pisoteaban, agredían, lloraban o metían el dedo en el ojo.